Monseñor Lozano exhortó a ponerse “en las zapatillas rotas o los pies descalzos de los pobres pequeños muchas veces invisibilizados”
El arzobispo de San Juan, monseñor Jorge Lozano, con la claridad y sensibilidad que lo caracteriza describió la situación que viven las infancias y las adolescencias argentinas en cuanto a pobreza, falta de educación y alud como “una barrera” que dificulta su plena evolución y su futura calidad de vida.
El arzobispo de San Juan, monseñor Jorge Lozano, exhortó este domingo a ponerse “en las zapatillas rotas o los pies descalzos de los pobres pequeños muchas veces invisibilizados” y advirtió que la dirigencia de los diversos sectores y los adultos tienen un “papel crucial” para “buscar soluciones”, “proteger sus derechos y garantizarles un entorno seguro, amoroso y propicio para su crecimiento”.
En su carta semanal, Lozano afirmó que en el Día de las Infancias “miles de familias se unen para honrar a los más pequeños, reconociendo la importancia de esta etapa vital en el desarrollo de cada persona”, y “celebrar la inocencia, la alegría y el futuro de nuestra sociedad”.
Monseñor Jorge Lozano exhortó a ponerse “en las zapatillas rotas o los pies descalzos de los pobres pequeños muchas veces invisibilizados”.
Pero alertó que “no debe limitarse solo a momentos de gozo”, sino “debe ser una oportunidad para reflexionar sobre la realidad de aquellos niños, niñas y adolescentes que enfrentan adversidades socioeconómicas, educativas y de salud”.
Recordó que “la enseñanza de Jesús ‘les aseguro que si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los cielos’ es un llamado a ponernos en las zapatillas rotas o los pies descalzos de los pobres pequeños muchas veces invisibilizados”. E instó a considerar “la imperiosa necesidad de brindar apoyo a los más necesitados”.
Lozano dijo que “la infancia es una etapa crucial en la vida de un ser humano, donde se sientan las bases para el desarrollo físico, emocional, cognitivo y social”, en la que “los chicos experimentan un rápido crecimiento corporal que nos sorprende a veces mes a mes, para lo cual necesitan la alimentación adecuada”. Y es una etapa “marcada por el aprendizaje, absorbiendo conocimientos y habilidades que los acompañarán a lo largo de su vida”.
Destacó que es el momento en que “los adultos debemos recordar la importancia de proteger sus derechos y garantizarles un entorno seguro, amoroso y propicio para su crecimiento”, haciendo foco “en la situación de vulnerabilidad que enfrentan”.
Sobre la situación argentina, advirtió que “la pobreza, la falta de acceso a una educación de calidad y a servicios de salud adecuados son algunas de las barreras que dificultan la plena evolución de más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes en el país”.
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