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Pesar por el fallecimiento de Laura Jordán de Conte


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Madre de Plaza de Mayo y fundadora del CELS dedicó su vida a la militancia, aportando sus conocimientos como psicoanalista y sensibilidad política a la causa de la Memoria. Tenía 94 años y continuaba la búsqueda de uno de sus hijos, Augusto, desaparecido durante la última dictadura cívico-militar.


 

 

Laura Jordán de Conte, Madre de Plaza de Mayo línea fundadora y psicoanalista, falleció este domingo a los 93 años. El primero de sus cinco hijos, Augusto María Conte, fue detenido desaparecido a los 21 años el 7 de junio de 1976, mientras cumplía con el servicio militar obligatorio en la base aeronaval Punta Indio. Laura dedicó su vida a la militancia, aportando sus conocimientos y sensibilidad política a la causa de la Memoria. 

Jordán de Conte fue una de las fundadoras del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que presidió entre 1998 y 2000, y donde colaboró en el desarrollo del Área de Salud Mental. Pero desde antes trabajaba por la salud de quienes eran perseguidos: “Durante la dictadura hacía citas y convertía su auto o un bar en el consultorio psicoanalítico de personas que estaban clandestinas”, recordó la ONG en su comunicado.

“Desde el golpe de Estado hasta que publicó ‘Conscriptos detenidos-desaparecidos’, durante la dictadura, el CELS registró casi un centenar de jóvenes desaparecidos ‘bajo bandera’. La publicación lleva la firma de Augusto Conte Mac Donell, papá de Augusto María y esposo de Laura”, añadió el organismo orientado a la promoción y defensa de los derechos humanos. Años después, Laura testimonió también en los Juicios por la Verdad e integró la comisión provincial por la Memoria.

 

 

El CELS explicó: “Laura, que buscaba a su hijo, se encontró con los años con jóvenes que habían sido robados y comenzaban a recuperar su identidad. Se encontró con realidades para las que no había marco teórico. Para acompañar esas existencias de infancias, adolescencias y juventudes, tuvo que inventar herramientas psicoanalíticas y adaptar la técnica para momentos traumáticos. Siempre privilegió al paciente. También vio que lo personal es político y que la identidad no es un derecho personal o familiar, sino un derecho de la sociedad”. 

Por su legado, carácter y arduo trabajo fue reconocida por la Legislatura porteña como una personalidad destacada en el ámbito de los derechos humanos en 2017 y fue despedida este domingo con gran dolor en redes sociales, donde valoraron su recorrido profesional, su asistencia a los hijos y nietos restituidos, su firmeza, bondad y fuerza para luchar hasta el final.

 

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