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EN EL DÍA DEL PAPA, GRACIAS FRANCISCO POR TU PRÉDICA Y EJEMPLO

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| EL PADRE FRANCISCANO VENIDO DEL SUR | Se conmemoró la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Día del Papa, de nuestro querido Padre Francisco, el viajero del fin del mundo que llegó a Roma para llevar las intenciones de un mundo mejor, como el pastor de todos, como el mensajero universal de la paz y el amor. El Papa que felizmente incomoda a los poderosos

 

 

  Por Oscar Dufour | (*)      

 

 

La humildad construye puentes, pero la humildad de nuestro querido Papa Francisco, establece vínculos superadores que derriba muros y emerge sin proponérselo como el líder de los ejércitos invisibles, cuyas principales armas son la bondad, la confianza, la inclusión, el diálogo, donde sus gestos e ideas invaden un mundo ávido de buenas enseñanzas y de buenos ejemplos. Ese es Francisco, el siempre recordado Padre Jorge, hoy el Papa de todos.

 

 

Su prédica se debate entre un mundo lacerado por las guerras y la violencia, herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los enfrenta unos contra otros en pos del propio bienestar.  Los pobres, los excluidos, que son los destinatarios privilegiados del Evangelio, donde Francisco dice sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los más necesitados, afirmando y rogando que nunca los dejemos solos. El mismo que pide a los cuatro vientos “Prioridad absoluta a pobres y refugiados”.

 

 

No es difícil comprender a Francisco y su misión universal, con una infatigable tarea que realiza cotidianamente al tiempo que siempre ofrece su mejilla, pero claro, quienes quieren hacer creer en estos tiempos que es normal que avance la pobreza, la exclusión y que se naturalice la corrupción, son los primeros en criticarlo y juzgarlo sin piedad. Como contracara creó en el mundo puentes indestructibles, transformó la tierra árida en fértil, promoviendo una cultura de reconciliación y solidaridad.

 

 

Francisco, es el Papa del signo de los tiempos, el Pontífice que con sus acciones y mensajes transmite el ideal cristiano, que no es otra cosa que el amor de Dios, y esa tal vez sea la clave, para entender su misión y su palabra que gratamente te interpela y a no pocos, felizmente incomoda. Un eje central de su mirada es la conexión entre las tres «T»: tierra, techo y trabajo.  Al respecto el año pasado en un “Encuentro Internacional de Organizaciones Sindicales” desarrollado en el Vaticano, Francisco les envió una carta, donde me parece oportuno recordar un fragmentoNo queremos un sistema de desarrollo económico que fomente gente desempleada, ni sin techo, ni desterrada. Los frutos de la tierra y del trabajo son para todos, y deben llegar a todos de forma justa”.

 

 

Es que la “Reforma Laboral, Previsional y Tributaria” impulsada por gobiernos de distintos países del mundo, convergen en “precarización laboral”“pérdida de derechos”, lo que implica un gran retroceso en materia de derecho laboral para toda la humanidad. La pobreza molesta, hablar de pobreza incomoda, por lo tanto en general no pocos suelen ocultarla e intentan invisibilizarla; y en particular en nuestra querida Argentina algunos desde la política, otros desde algunos medios de prensa, se transforman en verdaderas cuñas para tumbar la verdad y ocultar a los más vulnerables; entonces no es descabellado concluir que la pobreza y la verdad es lo que molesta, y junto con ella, Francisco; un Papa que desde el sillón de Pedro, proclama a los cuatro vientos y en todos los continentes del planeta, la verdad, la realidad, la franqueza, la solidaridad, la coherencia, la ética, la justicia, como parte de un conjunto de valores. Es el Papa de la misericordia que expresa “Todos tenemos en algún momento la necesidad de ser perdonados”.

 

Francisco que recientemente advirtió “Todas las dictaduras han comenzado así, adulterando la comunicación, poniendo la información en manos de una persona sin escrúpulos, de un gobierno sin escrúpulos”; también evidenció su preocupación y sentir como él expresa, está en esta parte del mundo, en nosotros, en nuestros sufrimientos, en nuestras carencias, en los excluidos; pesadumbre que lo expone a un solapado ataque que se ejecuta de modo sistemático, cuando Francisco con la claridad que lo caracteriza, se manifiesta contra los poderosos de la región y sus nefastas políticas neoliberales. Es un Papa acorde a nuestros tiempos, con una inédita actitud popular que lo acerca aún más a la gente.

 

En conclusión: En el día del Santo Padre, una gran parte de nuestro planeta expresó adhesión a su accionar, a sus prédicas que resultan incómodas y pretenden ser silenciadas por unos pocos, -algunos circunstancialmente ostentan el poder-, o a los “gurúes de turno”, a quienes les hago llegar mi repudio por sus malas prácticas en este evidente intento de instalar una persistente campaña vernácula, fenomenal e inusual en contra Francisco.

 

Es que cada palabra de Francisco, cada gesto o señal, recorren de inmediato el mundo y van mucho más allá de los miles de peregrinos que asisten a verlo, de los millones de fieles de la Iglesia Católica, son una enseñanza para toda la humanidad. Su Carta Encíclica Laudato Si’ (2015) es la mejor expresión de sus elevados valores.

 

Todas sus acciones, sin excepción, encierran un símbolo, tienen un mensaje universal, aunque también el particular destino a la Argentina es ineludible. Preguntar a quién o a quienes les habla el Papa Francisco es casi una obviedad. 

 

¡Feliz día Francisco, rezamos por vos!

 

Los que quieran oír, que oigan…

(*) Oscar Dufour es escritor, periodista y ensayista. Director General de 5minutosdenoticias y Revista Tiempo 30. Vicepresidente de la Asociación de Periodistas de Moreno – Provincia de Buenos Aires.

 

 

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